sábado, 13 de diciembre de 2014

TURRÓN CRUJIENTE DE CHOCOLATE




(Para entender todo lo que os cuento a continuación tenéis que saber que escribí esta entrada hace casi diez días... Ahora ya hemos entrado de pleno en el periodo navideño..)

Éste es el momento que más me gusta de las Navidades. 

Estamos justo en el punto que para mí resulta más agradable de todas estas fechas (junto con las caras de mis hijas al recibir los regalos de Papá Noel y los Reyes Magos)

Poco a poco (y cada vez antes, todo sea dicho) hemos ido viendo como las calles de las ciudades se ponían más bonitas, en las casas hemos puesto el Nacimiento y el árbol de Navidad, los comercios del barrio nos invitan a una copita de anís y a mantecados, las niñas se van preparando para sorprendernos con sus actuaciones previas a las vacaciones y empezamos a llenar nuestras mesas de productos típicos de estas fechas comprados o hechos por nosotros y a organizar qué se va a cocinar los días más señalados para compartir con la familia.

En este momento todavía no hemos entrado de en la vorágine de reuniones, compras, comidas copiosas, lugares atestados de gente...
(ayyyy ya sííí)
Ahora es cuando más disfruto de la Navidad.

Y es ahora cuando empiezo a preparar dulces típicos del momento.

Algunos ya tradicionales en mi mesa, como el roscón de reyes y los mantecados y otros, nuevos experimentos que, algunas veces ni se repiten y otras veces tengo que hacer hasta en verano de lo que gustan en casa (nómbrese roscón de reyes, mismamente, que como es de los pocos dulces que le gustan al Manuel hasta se lo he preparado para su cumpleaños el 18 de julio)

Pues este turrón, con la velocidad con la que mi gente se lo está comiendo, tiene toda la pinta de que se va a convertir en habitual y reincidente. 

¡¡¡¡¡¡Es tan fácil y tan rico!!!!!,

Ya lo decían hace unos años en el blog "webos fritos", de donde he sacado la receta y que podéis consultar aquí. La he copiado textualmente porque sale estupenda tal cual.
 La pena es que no me decidí a hacerlo hasta ahora. Bueno, eso de pena... es relativo... Porque con la rapidez que se consume, vamos a tener que empezar la operación bikini el 7 de enero.


INGREDIENTES

  • 150 gr. de chocolate con leche con almendras (1 tableta)
  • 150 gr. de chocolate con leche con avellanas 
  • 200 gr. de chocolate fondant (para postres)
  • 70 gr. de manteca de cerdo
  • 60 gr. de arroz inflado o Choco Krispies
  • Moldes de silicona con forma rectangular o... tachán... el truco del almendruco... un envase de tetra brick de leche o zumo partido por la mitad.
    Una compi, mientras le explicaba la receta me comentó que debería estar espectacular con un chorrito de licor... Se me iluminó la cara al pensarlo, así que tendré que probar a ver qué tal. Eso sí, apartados del alcance de los pitufos de la casa, vayamos a tener más alegría de la cuenta en casa.

¿Véis qué buena idea la del tetra brick?


PREPARACIÓN TRADICIONAL

Ponemos una cacerola a calentar al baño maría y vertemos en ella los chocolates troceados. También podemos derretirlos en el microondas pero debemos tener la prudencia de ir comprobando cada 30 segundos porque el chocolate se quema muy fácilmente. Añadimos la manteca, que habremos fundido unos segundos en el microondas y removemos bien.
Incorporamos los Choco Krispies, mezclamos y ya está... listo para poner en los moldes.

PREPARACIÓN THERMOMIX

Troceamos los chocolates, los echamos en el vaso, un par de golpes de turbo y 5 minutos a 37º, velocidad 1.
Removemos con la espátula, y ponemos de nuevo a velocidad 1, 37º, otros 10 minutos o hasta que esté todo derretido.
Añadimos la manteca, 1 minuto, 37º, velocidad 1. Vertemos los Choco Krispies y removemos bien con la espátula para que se mezcle todo.

Ahora ponemos en los moldes y alisamos con la espátula, a la nevera y en unas horas está listo.




La idea del tetra brick me ha parecido muy ingeniosa, de esta forma puedes hacer varios en una tarde sin tener que utilizar tropecientos mil moldes de silicona. A mí me ha venido de perlas porque este año el regalito para los profes va a llevar alguna que otra tableta de esta delicia.

Ahora toca investigar con el de Jijona... 

Ya os cuento.

Espero no despistarme mucho y poder daros un abrazo antes de Navidad pero "por si" os mando uno bien fuerte ahora mismo.

sábado, 15 de noviembre de 2014

BOQUERONES AL LIMÓN





Llevo acabados de echar
boquerones victorianos,
cual duendecillos enanos
que viven dentro del mar.

Son buenos para probar
el primor de las mujeres
pues dan menudos quehaceres
al unirlos con mil mañas,
cual manojo de pestañas
o manojo de alfileres.

Pregón del pescado  (Salvador Rueda, 1857-1903)

¡¡¡¡¡¡¡Holaaaaaaa!!!!!!!!!!!

Aquí estoy de nuevo... con muchas ganas de pasar por aquí, pero con muy poco tiempo libre. Por eso hoy me he puesto un ultimátum... y me he resistido a enfrascarme en cualquier otra cosa, para poder preparar esta entrada y acercarme un ratito a vuestras casas.

Avanzamos con el proyecto... despacito pero seguro, probablemente el mes que viene ya podremos presentaros algo...

 ¡¡¡Es tanto trabajo!!!

Sí os puedo adelantar que está relacionado con la formación, la investigación y las nuevas tecnologías...y que nos tiene absolutamente absorbidos e ilusionados.
 Y más ilusión cuanto más avanzamos porque la gente que lo va conociendo nos está transmitiendo tanto entusiasmo que estamos como motos...

Pero en casa tenemos que seguir comiendo porque la ilusión es un motor imponente pero cuando el hambre azuza... hay que bajar a la tierra, y ponerse con las manos en la masa.

Aunque con mucho menos detenimiento, sigo cocinando y mientras cocino me acuerdo de vosotros y de mi blog así que a veces me paro a sacar fotitos para pasaros las recetas, aunque sea de tarde en tarde.

Hoy os traigo algo muy sencillito, pero delicioso... típico de esta tierra marinera e imprescindible en cualquier restaurante de pescaíto de la zona.


Málaga es tierra boquerona... Boquerones nos llaman a los que vivimos aquí, y al finalizar el Carnaval, en lugar de asistir al entierro de la sardina, participamos en el entierro del boquerón. Es una de nuestras señas de identidad, imagino que por lo riquísimo de nuestos boquerones, plateaditos y apretados, ideal para prepararlos en vinagre, fritos en ramilletes o como hoy os los traigo, al limón.

Como curiosidad deciros que al boquerón de Málaga se le llama Victoriano en honor a la Virgen de la Victoria, patrona de la ciudad, cuya festividad se celebra el 8 de septiembre que es cuando este pescadito se presenta en su mejor momento. También deciros que victorianos, victorianos, propiamente dicho no creo que últimamente se vean mucho debido a las restricciones legales en cuanto al tamaño de lo que se pesca. Y es que el boquerón victoriano es aquél que mide unos 6 cm, y actualmente no se puede pescar nada que no supere los 9 cm.




Pero la verdad es que, independientemente de su tamaño los boquerones en Málaga tienen un sabor especial... Y es que freír pescaíto es un arte y en esta tierra lo hacen especialmente bien.

Tiene que quedar crujiente pero no seco ni crudo, nada aceitoso y listo para disfrutar de él cogiéndolo con las manos y comiendo hasta las espinas... 
 Aunque en este caso, lo vamos a servir abierto y sin las espinas, para no encontrar el más mínimo impedimento a su disfrute. 

INGREDIENTES

- 1 Kilo de boquerones.
- Sal
- 2 ajos machacados
- El zumo de un limón grandecito
- Harina para freír
- Aceite de oliva

PREPARACIÓN

   En primer lugar limpiamos los boquerones quitando la cabeza y las tripas.    

   Enjuagamos y retiramos las espinas. Con los dedos abrimos el pescado por la mitas y retiramos despacito las espinas, con cuidado de que no se separen los lomitos. No es nada complicado, a mí incluso me relaja (cuando cuento esto la gente me mira con cara de loca, pero es verdad... me relaja un montón limpiar pescadito).

   Volvemos a enjuagar, escurrimos bien y ponemos en un cuenco junto con el zumo del limón, los ajitos y la sal, mezclamos bien y dejamos macerar una hora. 

   Una vez pasado el tiempo ponemos el aceite a calentar, escurrimos el pescado y lo ponemos en un recipiente, junto con un plato de harina. Es importante usar una buena harina para freír y curioseando he descubierto que mucha gente utiliza una mezcla a partes iguales de harina de garbanzos y harina de trigo.

¡Habrá que probarlo!

    Cuando el aceite esté bien caliente vamos enharinando el pescado y friendo. Sacamos y dejamos en un plato cubierto con papel de cocina para que absorba el exceso de aceite.
  
 Un truquito para enharinar el pescado es poner la harina en una bolsa y meter el pescado dentro. Mover bien e ir sacando y escurriendo la harina para que se vaya lo sobrante y el pescado se envuelva con una capa finita. 

Servimos y disfrutamos. Es un gustazo tomarlos acompañados de una cervecita bien fresquita.









lunes, 29 de septiembre de 2014

GALLETAS DE AVENA Y PASAS

Esta tarjeta tan bonita me la hizo mi amiga Marta con un sello chulísimo que fabricó ella misma. Es una artista

Ya ha terminado el verano.
De las vacaciones, ni hablo, que casi he olvidado su nombre. 

Pero hoy no voy a ponerme penosa... 

Me gusta el otoño. Nací en octubre y probablemente eso influya en que me sienta bien cuando por las mañanas siento el fresquito en la cara al ir al trabajo.
O que me apetezca taparme con la sábana al ir a dormir y oiga el tintineo de las primeras gotitas de lluvia en mi ventana...

Pero hay una cosa que odio del otoño... 
Y es que éste llega después del verano... 
Y de los heladitos para merendar, y de las cervecitas a última hora de la tarde,  y, claro, esa cervecita no te la vas a tomar sola, ¿verdad?... unas patatitas o unas almendras para acompañar... y barbacoa por aquí y espetitos por acuyá... Y qué noche más buena hace, la verdad es que me tomaba una copita en la terraza...

Vamos, que los kilos de más se han instalado de lo más cómodos en ciertas partes de mi anatomía y voy a tener que ponerme en pie de guerra para
 librarme de ellos.

Y os estaréis preguntando, ¿todo esto qué tiene que ver con unas galletas? Que para ser sinceros, no son nada de régimen... 

Ya sé que mis procesos mentales no son muy fáciles, por eso os lo explico ahora mismo.

He estado investigando unas cuantas dietas y, entre varias, he llegado a la dieta Dukan. 
No puedo hablar nada sobre ella porque no la he hecho y no voy a juzgarla, pero como me prohíban un alimento, me entran unas ganas desenfrenadas de comerlo, y eso de estar sin comer ni fruta ni verdura durante un tiempo me pone muy nerviosa.

El problema es que soy muy adelantada y antes de decidirme llené mi despensa de alimentos proteícos y de copos de avena y no sabía qué hacer con ella.
Y mira por donde, que el destino hizo que cogiera un libro maravilloso de mi Biblioteca en el cual encontré esta rica receta de galletas con avena y pasas, y mantequilla, y azúcar... y todas esas cositas que hacen que la repostería sea un auténtico pecado, y por eso, irresistible...

Corro el riesgo de pasar a la lista negra del señor Dukan por hacer un uso tan irresponsable de un alimento tan sanísimo como la avena, pero qué triste sería la vida sin un caprichito de vez en cuando.

Tendré que dejar de acercarme a la estantería de cocina de la biblioteca cuando tenga que perder unos kilos...



 
INGREDIENTES
  • 250 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
  • 160 gr. azúcar blanquilla
  • 160 gr. azúcar moreno
  • 2 huevos
  • 1/4 cucharadita extracto de vainilla
  • 380 gr. de harina
  • 1 cucharadita de sal
  • 1 cucharadita de bicarbonato sódico
  • 1/2 cucharadita de canela molida
  • 110 gr. de copos de avena
  • 200 gr. de pasas de corinto


Las manos de mi hija Candela son una de las cosas más bonitas que existen. Toda ella es preciosa, pero sus manos son especiales.



PREPARACIÓN TRADICIONAL

Ponemos la mantequilla y el azúcar en un bol y batimos con la batidora de varillas (si no tienes, puedes utilizar una normal), hasta que se haga una mezcla esponjosa. Añadimos los huevos uno a uno y mezclamos bien. Incorporamos el extracto de vainilla.

Añadimos la sal, el bicarbonato, la canela y la harina tamizada y seguimos mezclando con la batidora. Añadimos la avena, seguimos removiendo y echamos las pasitas mezclando hasta que esté todo bien repartido.

Precalentamos el horno a 170º.

Ponemos papel sulfurizado en varias bandejas para ho rno. Yo necesité hacer cinco tandas porque tienes que dejar espacio entre las galletas ya que se expanden bastante. Hacemos una bolita con la masa, ponemos sobre la bandeja y con la palma de la mano extendemos y le damos forma redonda.

Cuando el horno haya alcanzado la temperatura adecuada cocemos durante unos 15 minutos o hasta que las vea doraditas, pero con cuidado que no se quemen.

PREPARACIÓN CON THERMOMIX

Mezclamos la mantequilla y el azúcar, 5 minutos velocidad 3 y 1/2. Añadimos los huevos  y batimos unos segundos hasta que estén bien integrado Velocidad 4.
Echamos el resto de los ingredientes menos las pasas y batimos a velocidad 4 hasta que todo esté bien mezclado. Añadimos las pasas y removemos con la espátula para que se reparta bien.


 


Han sido todo un éxito... Bueno, no podéis imaginar lo que les han gustado a Manolo, con lo poco dulcero que es... Y sobre todo, ese olorcito que se queda en casa después de hacer galletas... El mejor ambientador que una pueda usar.

Y aquí os dejo un vídeo que en su momento guardé esperando hacer una entrada de galletas. Dicen que "el que guarda, halla" y aquí tenéis mi receta de galletas de avena y pasas de la pastelería Hummingbird con un gracioso vídeo que esperaba paciente la ocasión de ver la luz en la blogosfera.
(Es un poquito largo, podéis ir saltando hasta llegar al final, bastante tenéis con leerme a mí, jajaja)


martes, 26 de agosto de 2014

BANOFFEE PIE





Sin tenerlo previsto y sin previo aviso, he tomado unas buenas vacaciones virtuales. 
Jamás había pasado tanto tiempo sin publicar una entrada y sin avisar con antelación de que iba a descansar. 
Os pido disculpas. 
En mi descargo tengo que deciros que la conciencia me traía frita... Ahí estaba pepito grillo en mi orejilla diciéndome "Lalyyyyy, así no.... así no se hacen las cosas... " 
Pero me he visto un poco sobrepasada por las circunstancias y me ha resultado bastante difícil sentarme tranquilamente a contaros lo que tenemos entre manos, ya que mi cabeza estaba permanentemente en ebullición.

Porque esta ausencia no ha sido gratuita. 

Manolo y yo tenemos un precioso proyecto entre manos, pero debemos darle un poco más de forma hasta que podamos hacerlo público, así que tendré que mantener la incógnita durante un tiempecito más.

Os garantizo que os va a encantar... A mí me ha apasionado... Espero que en un par de meses os pueda dar noticias... 
Eso sí, no tiene nada que ver con el contenido de este blog, no voy a publicar ningún libro con mis recetas (ya lo que os faltaba) ni me ha contratado ninguna importante productora para salir en televisión cacharreando y contando mis trucos de repostería (eso es lo que quisiera yo, jajaja...)

Pero sí os prometo que estamos "cocinando" algo precioso, que nos tiene tremendamente ilusionados aunque también algo acoj... ay, perdón, pero es que no encuentro otra palabra que defina mejor nuestras emociones...

Ahhhh y no estoy esperando un bebé, ¿eh?, que conforme leía lo que estaba escribiendo iba pensando : " madre mía, que parece lo que no es..."

Prontito, prontito os lo mostraré...

El verano está resultando bastante completito. Hemos podido descansar, hemos viajado, hemos compartido buenos momentos con los amigos, hemos leído un montón, ido al cine, a la playa... Sobre todo hemos disfrutado de estar juntos... Y de la cocina, como no.

El descubrimiento de la temporada ha sido una maravillosa tarta de plátano, nata y dulce de leche que me dio a conocer Raquel, una compi del trabajo con una mano especial para la cocina, una gran creatividad y valentía a la hora de mezclar ingredientes y sobre todo mucha generosidad, al compartir con nosotros esta deliciosa tarta para celebrar su reincorporación al trabajo después de su baja maternal.

Como ya sabéis, soy bastante curiosona y en cuanto llegué a casa investigué un poco y descubrí que esta delicia tenía nombre propio "Banofee pie"...




Solo me faltaba la excusa para ponerme manos a la obra, ésta llegó con el cumpleaños de mi prima Carmen y toda la familia pudo dar buena cuenta de ella.

Fue un éxito absoluto, a pesar de que no monté la nata suficientemente bien y se me vino un poco abajo, como podréis observar en las fotos... con las que no me pude esmerar mucho, porque no quisieron esperar ni un segundo y no quedó ni un trocito.


INGREDIENTES

1 paquete de galletas María o similar
100 gr. de mantequilla
400 gr. de dulce de leche pastelero (lo puedes comprar o hacerlo tú mismo)
3 ó 4 plátanos maduros
1/2 litro de nata para montar, mínimo 35% materia grasa
2 cucharadas soperas de queso mascarpone o tipo Philadelphia
2 cucharadas soperas de azúcar
1 molde desmontable de 24-26 cm. de diámetro


Para el dulce de leche

400 gr. leche condensada
400 gr. leche evaporada
Una pizca de bicarbonato
1/4 cucharadita caramelo líquido

PREPARACIÓN

Para empezar preparamos la base de la tarta. Ponemos las galletas y la mantequilla reblandecida en el vaso de la thermomix y troceamos 15 segundos en velocidad 5. Pasa las galletas a un molde desmoldable y cubrimos la base. Metemos en la nevera.

Cuando la base esté firme cubrimos con una primera capa de dulce de leche ( Al final explicaré como yo lo preparo). Colocamos encima del dulce de leche, los plátanos cortados en rodajas y los cubrimos con más dulce de leche. 



Se monta la nata con el azúcar: Pon la mariposa en las cuchillas, agrega el azúcar y seguidamente la nata que deberá estar muy fría y las dos cucharadas de queso. Yo suelo machacar unos hielos en el vaso antes de montarla para que éste esté bien frío. Sin programar tiempo, ponemos la thermomix en velocidad 3 y medio. Habrá que estar bien atento para que no se haga mantequilla. Si no hay thermomix, la batiremos con la batidora de varillas hasta que esté bien montada.

Cuando esté lista la verteremos sobre la tarta y adornaremos al gusto (fideos de chocolate, dulce de leche rebajado con agua, caramelo líquido... )



Veis que fácil... Ahora bien, si nos apetece complicarnos un poquito más la vida, pero no mucho, podemos preparar nosotros el dulce de leche. Con la thermomix no tiene complicación alguna y sin ella... tampoco.

Allá vamos: 

Echamos todos los ingredientes en el vaso y programamos unos 30 minutos, temperatura Varoma, velocidad 3. Como a mí me empezó a hervir rápidamente y empezó a rebosar, lo hice en dos partes.

Para hacerlo a mano, tenemos dos opciones: o a mano a mano (pelín esclavo y no lo he intentado nunca) o con ayuda de la olla rápida o exprés.



A mano: vertemos en una olla antiadherente  las dos leches y llevamos a ebullición. Cuando hierva echamos la pizca de bicarbonato y el caramelo líquido y vamos removiendo de vez en cuando con una cuchara de madera. Cuando la crema espese deberemos remover en todo momento y estará listo al cabo de una o dos horas de cocción (Yo no tengo paciencia ni tiempo para esto)

La versión olla rápida es muy socorrida y nada laboriosa:

Metemos la lata en la olla sin etiqueta y con la anilla del abre fácil hacia arriba y cubrimos con agua justo hasta el mismo borde de la lata. Cerramos la olla y ponemos al máximo. Cuando suba la pesa, bajamos la temperatura (en mi cocina que va del 1 al 9 la pongo al 3) y contamos una hora para que salga bien espesita. Cuando pase el tiempo, apartamos la olla del fuego y cuando baje la pesa sacamos la lata para que no siga cociendo con el calor residual del agua. Con cuidadito, que quema un montón.

Esperaremos hasta que la lata esté bien fría para abrir y ... comerla a cucharadas porque está deliciosa.


¡¡¡¡Hasta pronto amigos!!!!

domingo, 1 de junio de 2014

PASTEL DE CARNE PICADA



Candela ha estado esta semana de viaje de fin de estudios. 

Ha ido con sus compañeros y su (nuestra) queridísima seño a la Sierra de Cazorla y han pasado cinco maravillosos días visitando el Parque Natural, haciendo múltiples actividades y, lo que con más intensidad recordarán el día de mañana, conviviendo entre ellos como nunca antes lo habían hecho.

Ha sido una experiencia importante para todos. 

Aunque está acostumbrada a dormir fuera de casa porque le encanta visitar a sus abuelos y alguna vez se ha quedado con una amiguita, era la primera vez que salía de viaje sola, sin la familia. 
Ha tenido que aprender a gestionar ella sola su maleta, ha tenido que compartir habitación y negociar con sus compis, ha conocido más a fondo a niños con los que antes no tenía casi relación y nos ha echado mucho de menos pero eso no le ha impedido pasarlo genial y disfrutar intensamente de cada momento.

Para nosotros también ha sido una experiencia... 
Durante cinco días el móvil ha sido una continuación de mi mano, todos los papás comentándonos por el WhatsApp la información que nos iban dando... que si algunos se estaban poniendo malitos en el autobús, que si han llegado bien, que si están comiendo arroz, que se van de excursión, que si están pasando frío, que han perdido los tenis, que hace un frío pelón y se van a bañar en la piscina... 
Hemos vivido juntos un amplio abanico de emociones: preocupación, morriña, alegría, indignación, otra vez alegría, más morriña... 
Incluso tuvimos un par de episodios de histeria colectiva por cosas que con toda seguridad y teniendo a nuestros niños en casa, ahora despierta nuestras sonrisas... (Pienso que nuestros padres sin móviles eran más felices, jajaja)

En definitiva, hemos madurado... Candela, que poco a poco se nos hace mayorcita y nosotros, que tendremos que aprender a que así sea ...

¡¡¡¡Ayyyy, qué mal lo llevo!!!!

Nuestra mujercita

En fin, que por eso os subo hoy esta receta de pastel de carne, uno de los platos preferidos de Candela y que le he preparado para celebrar que estamos todos juntitos de nuevo.

Es una receta muy facilita y muy resultona que encanta a chicos y mayores y que podéis preparar en un plis plas. Además, como sale bastante cantidad, ya tienes resuelta la cena del día siguiente.






INGREDIENTES

  • 1kg. de carne picada de ternera
  • 200 gr. de jamón serrano picado
  • 1 cebolla
  • 1/2 copita de coñac
  • 1 vaso de caldo (puede ser de concentrado)
  • 2 cucharadas de harina
  • 4 cucharadas de tomate frito
  • 2 paquetes de puré de patatas instantáneo
  • Queso especial para fundir
  • Sal y pimienta
  • Aceite de oliva
PREPARACIÓN

Rallamos la cebolla o la picamos muy finita. La sofreímos en una sartén grandecita y cuando esté pochadita añadimos el jamón. Damos unas vueltas y echamos la carne hasta que esté bien hecha.
Vertemos el coñac y dejamos que evapore un poco, el vaso de agua y las cucharadas de harina para que espese un poco. Añadimos el tomate, removemos y listo por este lado.

Ahora prepararemos el puré de patatas siguiendo las indicaciones del paquete. Por supuesto, con puré de patatas casero sale espectacular aunque se tarda más tiempo y a veces tenemos que tomar atajos. Pero si alguna vez queréis probarlo no os arrepentiréis.

Ponemos la carne en un recipiente apto para horno, cubrimos con el puré de patatas y espolvoreamos de queso rallado.

Encendemos el gratinador del horno, metemos la bandeja con el pastel de carne y gratinamos unos minutos hasta que esté doradito.

Los niños se vuelven locos con este plato (y los papás también)





¡¡¡ Buen Provecho!!!