lunes, 23 de julio de 2012

Tarta de queso y lima (sin horno)



   Hay que ver con lo que a mí me gusta cocinar y lo poco que me estoy prodigando en el blog este verano.

   Sigo haciendo mis platitos, mis bizcochos, mis pastelitos... Me meto en la cocina y aunque haga un calor de espanto, no me importa encender el horno y preparar cualquier receta que haya encontrado por ahí o tenga en mente probar.

   Lo que está sucediendo es que hace unos meses me recreaba pensando en cómo hacer la foto, qué mantelería y vajilla poner, buscaba la luz más idonea, el ángulo más favorecedor (oye, que esto lo cuida hasta Julio Iglesias, él sí que sabe de perfiles favorecedores), probaba la foto con una tarta completa, luego con su corte, ponía un vasito por aquí, una cucharita por allá, florecillas, lacitos ...

   Ahora me da una inmensa pereza todo ese proceso y me estoy dejando en el tintero un montón de recetas riquísimas por la cuestión estética, asunto éste que me tiene preocupada porque el objetivo fundamental de este blog es la cocina y compartir un rato con vosotros y si por las fotos voy a perderme este placer pues no me hace ninguna gracia.

   Y a eso hay que ponerle remedio. He decidido que voy a seguir subiendo mis recetas aunque mis fotos no sean especialmente artísticas. Ni siquiera, ligeramente artistiquillas. A cambio, en esta entrada os voy a enseñar las fotos de unas playas que van a compensar con creces mi falta de creatividad gráfica. Cuando lleguen de nuevo los fríos me recrearé un poquito más en la "mise en escene", pero ahora permitidme que me ponga en remojo, que estamos pasando unos calores por estas tierras...

   A propósito de calores, la receta que hoy os presento es ideal para estos días, ya que no necesita horno por lo que bien fácilmente te apañas un postre o una merienda riquísimos. Si sustituis el azúcar por edulcorante y no poneis la base de galletas puede ser consumido perfectamente por personas diabéticas. Vamos, que si no la hacéis es pura pereza...




  
INGREDIENTES:
Para la base de galletas
  • 1oo gr. de mantequilla a temperatura ambiente (o sea que con estos calores, casi derretida)
  • 200 gr. de galletas de tipo María o magdalenas o sobaítos... imaginación al poder.
   Éstas cantidades son aproximadas, habrá que poner lo necesario para cubrir bien el molde.


Para la crema
  • 1  vaso de agua
  • 1 sobre de gelatina de limón
  • El jugo de una lima (si no lo ponéis está igual de rica pero entonces no se llamará tarta de queso y lima...)
  • 400 gr. de queso de untar
  • 200 gr. de nata
  • 50 gr. de azúcar.
PREPARACIÓN SIN THERMOMIX
Ponemos las galletas dentro de una bolsa, trituramos pasando el rodillo o una botella por encima. Añadimos la mantequilla a las galletas molidas. Con esto cubriremos la base del molde apretando bien con los dedos hasta que la cubramos completamente.
Lo ideal es utilizar un molde desmontable de unos 22 cm. de diámetro, al que habremos cubierto la base con papel de hornear para que luego nos resulte más fácil sacar la tarta.
Preparamos el molde, poniendo la masa de galletas en la base y presionando bien con los dedos para que quede apretadita. Subimos un poco la masa en los contornos del molde para así evitar que se salga el relleno por las ranuras. Guardamos en el frigorífico.
Para preparar el relleno calentamos el vaso con el agua. Una vez que hierva añadimos la gelatina y removemos bien. Ponemos en el vaso de la batidora el queso, la nata, la gelatina diluida en el agua y el azúcar y batimos bien. Sacamos el molde con la base de galletas y añadimos esta mezcla. Al frigorífico y en unas tres horas la tenemos lista.
PREPARACIÓN CON THERMOMIX
Todavía más fácil
Trituramos las galletas, pulverizando a velocidad 10. Añadimos la mantequilla y mezclamos unos segundos a velocidad 5. Sacamos del vaso y preparamos el molde como se ha explicado anteriormente.
Calentamos el agua 5 minutos, 100º, velocidad 1. Agregamos la gelatina y mezclamos unos segundos. Después el queso, la nata y el azúcar y volvemos a mezclar. Vertemos sobre el molde y al frigo.



Podemos cubrir con la mermelada que más nos guste o comerla así mismo. Yo este tipo de tartas prefiero dejarlas así. Y si sustituimos el azúcar por edulcorante y no ponemos la base de galletas, nos queda un postre bien fresquito ideal para diabéticos.
   Y como lo prometido es deuda aquí tenéis las fotitos de las playas de Almería donde nos hemos bañado en estas vacaciones. Maravillosas, son nuestro pequeño paraíso...

Playa de las Salinas del Cabo de Gata, inmensa, tranquila, de agua caliente... es paz. ¡Quiero volver allí!

Cala del Plomo, en el Parque Natural de Cabo de Gata. Al fondo se puede ver el pueblecito de Aguamarga, precioso.

La otra cara de la Cala. Si vas nadando por la orilla del acantilado se pueden ver preciosas calitas, llenas de pececitos.
 Cómo han disfrutado mis niñas y "mi niño" buceando e intentando pescarlos.
Y a menos de media hora la otra cara de Almería, el Desierto de Tabernas, donde se rodaban los clásicos "spaguettis western". Impresionante, ¿no os parece la luna?

  
Un besito para todos que, aunque no aparezca mucho por aquí os tengo en mi corazón.



miércoles, 4 de julio de 2012

FIDEUÁ

   Llevo varios días con un irrefrenable deseo de comer dulces y eso se traduce en la realización de bizcochos, magdalenas, rosquillas y todas esas "tonterías" que no hacen ninguna falta, la verdad, pero que le alegran la vida a una... (Ay Cyrano, lo siento, ya verás como al final lo arreglo).

   También se traduce en un considerable malhumor del resto de mi familia (excepto mi Manuela, que se vuelve loca con las magdalenas) ya que termino cansadilla y resuelvo la comida del día con lo primero que pillo o con restitos de días anteriores.

   Pero en medio de esa vorágine azucarera, me llama mi bendita madre y me dice que me ha comprado un bogavante y unos gambones en el mercado y que me pase por su casa a por ellos...

    Si mi Candela condujera, ella misma habría salido corriendo a por el marisquito,  puesto que mientras me escuchaba hablar con mi progenitora, ya había decidido en qué emplear la compra y me decía con gran autoridad: "Mamá, con esto sale muy rica una fideuá, ¿verdad?"... dejando a su madre absolutamente pasmada, reflexionando acerca de lo que su padre y yo estamos creando y sacándome de esa nube de azúcar que, ciertamente, ya estaba resultando insana e inapropiada cuando todavía quedan tres mesecitos de playas y piscinas.

   Como consecuencia de esto, os ofrezco hoy el resultado de la generosidad de una madre y de la agilidad mental de una hija... Bueno, y algo también de mis manitas. Aunque mi participación no es del todo relevante, puesto que con estas materias primas este plato, que es bien sencillo, sale rico, sí o sí.






INGREDIENTES

  • 400 gr. de fideos gruesos (del nº 4) o especiales de fideuá (que son huecos y curvaditos) o una mezcla de los dos si te pasa como a mí y siempre tienes en la despensa un poquito de cada cosa (a veces hasta he partido spaguettis, pero no se lo contéis a nadie)
  • 1 litro de caldo de pescado (*)
  • 1 bogavante
  • 12 langostinos
  • Mejillones
  • 2 dientes de ajo
  • 1/4 de cebolla
  • 2 tomates bien maduros
  • 100 cc de aceite de oliva
  • 1 cucharada de pimentón dulce
  • Un poco de azafrán
  • Sal y pimienta
  • All i oli (yo suelo hacer una mayonesa con un poco de ajo, e incluso utilizo uno ya elaborado que compro en Mercadona y que está francamente bueno)
   * El caldo o fumet de pescado es el ingrediente esencial de la fideuá. Tradicionalmente se hace con pescado de roca, pero lo puedes hacer con lo que tengas en casa: cabeza de rape o merluza, marisco, mejillones... Hay quien lo hace con caldo envasado.... Ahí no me meto, desconozco el resultado. Yo suelo tener siempre caldo hecho por mí y congelado para estos menesteres.

   Para esta ocasión he utilizado el bogavante y los mejillones, 1 zanahoria, puerro, cebolla y unas hojas de laurel.


PREPARACIÓN

   En primer lugar, he cocido el bogavante, que estaba congelado, en un litro de agua hirviendo con un poco de sal, la zanahoria, el puerro y la media cebolla. No he salado mucho el agua porque es la que voy a utilizar para cocer los fideos. Después de echarlo en el agua, lo he dejado cocer unos 15 minutos. Una vez cocido, retiro el bogavante, trituro la verdura y reservo.

   He cocido los mejillones en una olla, sin nada de agua, sólo con medio limón y un par de hojitas de laurel. El líquido que sueltan al cocer también lo utilizo como caldo.

   Pelo los gambones y reservo las cabezas

   Pongo una olla, bajita y  bien ancha, al fuego con el aceite (lo suyo es hacerlo en una paella), salteo las cabezas de los gambones y las retiro del aceite, es sólo para que suelten su sustancia. Sofrío la cebolla, cuando esté pochadita añado los ajos bien picados, salteo, añado el tomate rallado y el pimentón y dejo que el sofrito se haga unos minutos.

   Añado el caldo junto con el azafrán y cuando esté hirviendo echo los fideos y dejo cocer a fuego fuerte un par de minutos, lo bajo a fuego medio y mantengo durante unos diez minutos. Pasados éstos, añado los gambones y los mejillones, que habremos sacado de sus cáscaras, rectifico de sal y dejo que se consuma el caldo, lo suficiente para los fideos queden melositos.






   Servimos la fideuá acompañada del alioli, troceamos y repartimos el bogavante y mientras comemos, libramos una dura batalla contra sus pinzas, que se resisten a ser devoradas... Pero es que este bogavante todavía no conocía a mis niñas... Podéis imaginar quién ganó la guerra...