jueves, 13 de junio de 2013

CODILLO ASADO






Hoy traigo una recetas de las que gustan a mi Manolo. 

De vez en cuando tengo que apaciguar mi fiebre pastelera y preparar un buen guiso o un asado para que no se me enfurruñe y me diga que nunca le hago nada a su gusto... que tratándose de la cocina, sólo pienso en las niñas y en mí... que a nosotras nos encantan los bizcochos, pero a él no ... (léase con tono lastimero y apesadumbrado)

 En momentos así pienso en las personas que me preguntan si quisiera tener un tercer hijo e ir a por el niño... Y yo me sonrío y pienso para mis adentros: "pero si ya lo teeengo, y además, bien criadiiiitooooo". 
No puedo pedir más. Somos una familia de lo más completita.

Ironías aparte (¿o no tan ironías....?), con sólo ver la foto, a Manolo le ha cambiado la cara y ha puesto una sonrisa descomunal. 
Es tan fácil hacerle feliz. 

Porque es una receta francamente fácil y da un resultado majestuoso. 

Nosotros el codillo lo preparamos normalmente para comer en fin de semana. Y es toda una fiesta sentir el olor que va quedando en casa mientras se está asando, ver las caras de felicidad de los tres cuando saco la bandeja y el gesto de satisfacción de Manuela mientras se chupa los dedos después de comer "este pollito tan rico", como ella lo llama. Candela ni habla, se queda sin palabras... sólo se oye "Uhmmmmm", con su variante "uhmmmm, maami" combinado en ocasiones con un sonoro "slurrrppp", dependiendo de si coge la servilleta u opta por imitar a su hermana...

Como se van acercando los calores y sé que a mucha gente le da pereza encender el horno (yo tengo que ser masoquista, porque no dejo de utilizarlo), no deberíais dejar mucho tiempo para preparar esta receta. Sé que os va a gustar.


INGREDIENTES

  • 4 codillos de cerdo (si sobra podéis hacer croquetas y ya tenéis la cena)
  • Patatas medianitas y cebollas al gusto
  • Sal y pimienta
  • Ajo y cebolla molidos
  • Aceite de oliva
  • 1 hoja de perejil
  • 1/2 vaso de vino blanco

PREPARACIÓN

Cocer en la olla rápida los codillos con agua, sal y la hoja de laurel durante media hora. No es necesario que el agua cubra la carne. Yo doy este paso para así ablandarlos ya que si no tendrían que pasar mucho más tiempo en el horno. Guardamos el caldito que se forma.

Pelamos las patatas y las cebollas.

Precalentamos el horno a 200º.

Cuando ya estén cocidos, cogemos la placa del horno, la embadurnamos de aceite y ponemos los codillos sobre ella. Los rociamos con aceite, y ponemos las especias y la sal al gusto. Damos la vuelta y repetimos el proceso.

Ponemos en la bandeja las patatas, que a mí me gusta dejar enteras si no son muy grandes, y las cebollas partidas por la mitad y también espolvoreamos de sal y especias.

Ponemos el caldo que se ha formado al cocer los codillos y el vino blanco que cubra el fondo de la bandeja, pero una capa finita que iremos reponiendo de caldo conforme se vaya secando para que junto con el jugo de la carne se forme una salsita.

Horneamos durante una hora, dando la vuelta a la carne a la media hora. Como cada horno es un mundo aconsejo que deis una miradita de vez en cuando y lo saquéis cuando el codillo esté doradito y las patatas tiernecitas. No olvidéis rociar con el caldo, que no se quede seca nunca la bandeja.





En esta ocasión, como había espacio en la bandeja, completé con unos muslos de pollo. 

¡¡¡Mi gente ya no sabía dónde acudir...!!!!