viernes, 20 de diciembre de 2013

MANTECADOS DE LIMÓN Y DE CACAO






Quienes tengo a mi alrededor saben que llevo una temporadita bastante molesta con una contractura en el cuello. 

Me ha tenido a mal vivir. 

Todo el mundo me dice que mucho reposo y esa palabra desapareció de mi vida hace mucho tiempo. Si a eso le añadimos un catarrazo descomunal, un cierre de ejercicio económico y yo, que no soy nada quejica pero nada, nada... podéis pensar sin temor a equivocaros que no haya hecho muy fácil la vida a a las personas que tengo a mi alrededor... (pobre Manolillo, mi santo varón...)

En esa tesitura (con el cuello torcido, los moquillos goteando, una tos de ex fumador recalcitrante y las aplicaciones presupuestarias rondándome la cabeza) nos fuimos un grupito de compañeros de trabajo de comida de Navidad. 

La mañana comenzó regu, regu. Una de mis amigas no venía a la comida porque no se encontraba bien, los papeles en mi mesa parecían las lágrimas de Tagore, que no me dejaban ni ver las estrellas ni a mi compañera de enfrente y cada vez que movía el cuello se podían escuchar castañuelas por Seguidillas...

Pero a pesar de todo, cuando terminó nuestra jornada laboral, salí con todos con el firme propósito de pasar un buen rato...

Y bien que lo conseguimos. 

Subida sobre mis tacones de 8 centímetros desde las siete de la mañana, cuando mi marido me recogió a las 8 de la tarde, estaba afónica, coja, contracturada... pero feliz... Me lo pasé en grande bailando por Rafaela Carrá (que ya he comentado en algún otro lugar que no la aconsejo para arreglar contracturas en el cuello), Camilo Sexto, John Travolta y Olivia Newton John, los Bee Gees... y un sin fin de grandísimos y carrocísimos artistas, ideales para estos eventos (si bien eché de menos a mi grandísimo Raphael)

Después de este día de desenfreno y de poner de nuevo a prueba a mis amigos, que me apoyan incondicionalmente en la metamorfosis musical que protagonizo en estas fechas y que me empuja a bailar sin pudor todo aquello anterior a los años 80, volví a mi cocina más contenta que unas pascuas y deseando preparar dulces típicos de Navidad.

Aquí tenéis dos buenos ejemplos,

MANTECADOS DE CACAO





INGREDIENTES

  • 500 gr. de harina
  • 280 gr. de manteca de cerdo a temperatura ambiente
  • 280 gr. de azúcar glass (Ya sabéis que el azúcar glass podremos comprarla o triturar azúcar en la thermomix, velocidad 5-7-9)
  • 110 gr. de almendra molida
  • 40 gr. de cacao valor sin azúcar
  • 1 cucharadita de canela

PREPARACIÓN

El día anterior secamos la harina y tostamos la almendra. Para ello pondremos la harina en la bandeja del horno bien extendida y la meteremos en el horno durante 1 hora a 140º, removiendo de vez en cuando. No dejaremos que se tueste, se trata sólo de que pierda la humedad y adquiera un tono ligeramente amarillento.

Tostamos la almendra molida en la sartén, con cuidado, que si nos pasamos amarga. También la podemos tostar entera y luego triturarla.

Dejamos ambos ingredientes que se enfríen hasta el día siguiente.

En este punto quisiera comentaros que lo que yo hago normalmente es secar un par de kilos de harina y luego utilizo la que voy necesitando, pesándola una vez ya tostada. Si la pesamos antes de hornearla, se suele perder bastante harina y luego no nos cuadran las cantidades. Ya sabéis lo exacta que es la repostería... 

Al día siguiente o cuando ya tengamos fría la harina, la vertemos en un bol. Previamente la habremos tamizado para que la masa no tenga muchos grumos. Si tenemos thermomix, sin problema, le pegamos un buen meneíllo, velocidad progresiva 5-7-9 y listo. Si no la tenemos (o como me pasó a mí ayer, tenía dentro la masa del roscón de reyes haciendo el primer levado), metemos la batidora a tope, para romper todos los granitos que hayan quedado.

Añadimos el azúcar, el cacao, la almendra molida, la canela y por último la manteca y vamos amasando bien. Este paso me gusta hacerlo a mano, con la thermomix me ha costado bastante trabajo, pero si queréis intentarlo, deberéis utilizar la velocidad espiga para el amasado.


Sacamos la masa, que nos va a quedar con una textura bastante harinosa y formamos los mantecados.

 Vamos cogiendo porciones de masa, que estiraremos despacito con el rodillo, hasta darle el grosor que más nos guste para nuestros mantecados (unos dos centímetros es mi tamaño ideal) y  cortamos con un cortapasta, el vasito de la thermomix o el borde de una copa de cava tipo flauta (tiene un tamamo ideal). La masa que sobra volvemos a ligarla y a seguir ...

Vamos pasando los mantecados a la bandeja del horno cubierta con papel vegetal. No los cogeremos con las manos, porque es una masa muy frágil y se rompe fácilmente, usaremos un cuchillo o una paleta.

Precalentamos el horno a 180º y cuando alcance la temperatura, horneamos durante 12-15 minutos. Sacamos la bandeja pero no manipulamos los mantecados hasta que no se enfríen totalmente porque son muy delicados y se rompen.

 Espolvoreamos con azúcar glas y si somos capaces, los envolvemos en papel de seda para tenerlos bien presentaditos, pero están tan ricos que lo mismo ni da tiempo a ello...


Preparaditos para regalar a los profes de mis hijas





MANTECADOS DE LIMÓN




INGREDIENTES

  • 500 gr. de harina
  • 250 gr. de manteca de cerdo a temperatura ambiente
  • 250 gr. de azúcar glass (Ya sabéis que el azúcar glass podremos comprarla o triturar azúcar en la thermomix, velocidad 5-7-9)
  • La ralladura de dos o tres limones
  • Ajonjolí o huevo batido (opcional)


PREPARACIÓN

Tostamos la harina como hemos hecho anteriormente. Rallamos el limón. Si tenemos thermomix, podemos triturar el azúcar con la ralladura, velocidad 5-7-9 progresivo.

Mezclamos todo y procederemos como con los mantecados de cacao.

Antes de hornearlos, podemos pincelar con huevo batido o espolvorear ajonjolí, al gusto.



Podéis apreciar aquí el maravilloso trabajo de Scrapbooking que hizo mi amiga Esperanza para publicitar en el trabajo mis mantecados y el papel de regalo tan bonito que he comprado este año. Mi cabeza ya echa humo: lo mismo acabo de descubrir una nueva afición.

lunes, 2 de diciembre de 2013

MAGDALENAS DE NATA





De niña solíamos ir con frecuencia a pasear a Mijas, un pueblecito de los ahora llamados con encanto, muy cercano a Málaga y con multitud de actractivos para niños y no tan niños: los burro-taxi, unas vistas maravillosas, calles estrechitas y de luminosas casas blancas, el carromato de miniaturas de Max, con un Padre Nuestro escrito en el canto de una tarjeta de visita y una cabeza reducida por los jíbaros,( o eso decía que era) entre otros misterios que nos dejaban con la boca abierta...
Y por supuesto, esas grandiosas magdalenas que comprábamos a un señor mayor en un portalito enfrente del bar donde solíamos comer. No recuerdo que hubiera una panadería o pastelería propiamente dicha. Sólo recuerdo el portal de una casa, con unas grandes cestas llenas de magdalenas con mucha azúcar por encima y al señor poniéndolas en bolsas para llevarlas a casa a merendar.

Después he vuelto a Mijas en numerosas ocasiones. Es el típico lugar al que llevas a todo el que viene de fuera y no conoce Málaga. Sigue siendo un pueblo precioso, pero como ha sucedido en toda la costa de Málaga, nada tiene que ver con lo que era. Aún así, sigue manteniendo un aire bastante apacible y me encanta ir de vez en cuando.


No es que estas magdalenas sean como las que comía con mis padres de pequeña. Esas eran inimitables. Pero he quedado muy satisfecha con el resultado, tienen el sabor de las de toda la vida. Y por eso me ha gustado hacerlas, por su sencillez tanto en su elaboración como en su sabor. Sin necesidad de ningún artificio, disfrutas de un bollito delicioso.

Como casi siempre la receta la encontré en el foro de Mundo recetas a una forera llamada Malilandia. Aquí podréis encontrar su receta, a la que yo hice unas pequeñas modificaciones.


INGREDIENTES
  • 4 Huevos
  • 275 gr. de azúcar
  • 200 ml de nata líquida
  • 1 chorrito de leche
  • La ralladura de dos limones
  • 125 ml. aceite oliva suave
  • 125 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
  • 350 gr. de harina bizcochona
  • 1/2 sobre de levadura
  • 1 chorrito de anís (opcional)



PREPARACIÓN

Mezclamos los huevos, que tendremos a temperatura ambiente y los batimos con el azúcar, hasta que blanqueen. Si las preparamos con la thermomix, podemos pulverizar la cáscara de limón previamente 10 segundos, velocidad 5-7-9, añadimos los huevos y el azúcar y batiremos 3 minutos a 37º, velocidad 2 y 1/2.


Añadimos la ralladura de limón, el aceite y la mantequilla, la nata, el chorrito de anís y mezclamos unos segundos a velocidad 3. Por último, la harina y la levadura. En la thermomix batiremos unos diez segundos, velocidad 5 y terminamos de integrar la mezcla con la espátula.

Metemos la masa en la manga pastelera. Así será más fácil rellenar las cápsulas. Ponemos los moldes para magdalenas dentro de moldes para cupcakes para que al hornear no pierdan la forma y se desparramen y metemos en el frigorífico durante mínimo, media hora.

Precalentamos el horno a 250º y cuando llegue a la temperatura, sacamos los moldes y espolvoreamos azúcar sobre la masa (o pepitas de chocolate, que a los niños les encanta). Metemos en el horno, bajamos a 220º y horneamos durante unos 15 minutos o hasta que la¡s veamos doraditas y al introducir un pincho éste salga limpio.

Con un chocolate calentito... y ¡a disfrutar!



 

No puedo marcharme sin nombrar otra de las muchas bondades de este precioso pueblo malagueño. Y es que  el Cuerpo de Bomberos del lugar ha tenido la genial idea de participar en un calendario solidario a fin de recaudar fondos para las familias de los enfermos de Alzheimer del pueblo. Como las imágenes están protegidas por derechos de autor, os dejo el enlace para que apreciéis la fabulosa labor del fotógrafo y lo estupendísimos que están los muchachos, que no sólo de magdalenas vivimos ... las mujeres...
Así que si no sabéis qué regalar en estas fiestas, en la página de los bomberos podréis encontrarlo y además contribuis con una buena causa ;-)

No podéis perderoslo, están tan ricos como las magdalenas...