Ausencia de amor
Cómo será pregunto.
Cómo será tocarte a mi costado.
Ando de loco por el aire
que ando que no ando.
Cómo será acostarme
en tu país de pechos tan lejano.
Ando de pobre cristo a tu recuerdo
clavado, reclavado.
Será ya como sea.
Tal vez me estalle el cuerpo todo lo que he esperado.
Me comerás entonces dulcemente
pedazo por pedazo.
Juan GelmanSeré lo que debiera.
Tu pie. Tu mano.
El pasado 14 de enero moría Juan Gelman.
Sentí una enorme tristeza, no tanto por su muerte, que también, sino por su historia, por la certeza de su sufrimiento.
Un dolor que me resulta insoportable sólo el pensarlo.
Aún más, sabiendo que fue la historia de miles de personas (y lo sigue siendo en muchos lugares del planeta)
Aún más, sabiendo que fue la historia de miles de personas (y lo sigue siendo en muchos lugares del planeta)
Ese mismo día cumplía años mi padre, también poeta, y aunque sé que no lee este blog, quiero regalarle la poesía de Juan Gelman, su historia y su voz, para que siga disfrutando con la palabra ...y lo haga muchos años más (Sé que de una forma o de otra te llegará esto, papi, a ver si le tenemos menos miedo a las nuevas tecnologías...)
A veces nos dejamos deslumbrar por todos estos postres sofisticados que vemos en libros, revistas y páginas web de recetas (incluyendo la mía) y nos olvidamos de lo ricos que resultan los tradicionales, los de toda la vida: el flan, el arroz con leche, las natillas.... No es que no los prepare, que sí que los hago en casa con mucha frecuencia, pero de tan familiares, no
caigo en subirlos al blog.
Así que este pasado fin de semana decidí que iba a darme un homenaje, hice estas ricas natillas y las fotografié para poder enseñaros como se preparan en casa.
A ver... tomad nota... se coge un sobrecito de preparado para natillas de la marca que más os guste, calentamos la leche...
Nooooooo, ..... no os dejéis engañar... que a mí me gustan mis natillitas, las caseras, hechas con huevo, leche, azúcar, canela, limón... aunque ya sabéis que a Manolo y a las niñas le gustan los sobrecitos (pero para eso no hace falta hacer una entrada al blog ...¿o sí?) Y como podréis comprobar, tardamos lo mismo en preparar unas que otras, así que la duda ofende.
INGREDIENTES
- 600 gr. de leche
- 6 yemas de huevo o tres huevos enteros
- 130 gr. de azúcar
- La cáscara de un limón (sólo la parte amarilla)
- 1 ramita de canela
- Canela en polvo
- Galletas ( a mí me gustan tipo Tosta Rica)
- 1 cucharada de harina de maíz o Maizena (opcional)
- Una pizquita de colorante alimentario si te gusta que queden más amarillitas (y hacer creer a los tuyos que son de las de sobrecito...)
PREPARACIÓN THERMOMIX
Ponemos la mariposa en las cuchillas y echamos en el vaso todos los ingredientes excepto la piel del limón y la ramita de canela, mezclamos 10 segundos, velocidad 3 y 1/2. Añadimos la piel del limón y el palo de canela y programamos 10 minutos, 90º, velocidad 3. A continuación otros 2 minutos a la misma velocidad, sin temperatura.
Volcamos el contenido del vaso en unos recipientes, metemos las galletas y espolvoreamos con canela. Si queremos que la galleta esté blandita ponemos éstas en el fondo del plato antes de verter la leche.
PREPARACIÓN TRADICIONAL
Separamos un vaso de leche y mezclamos en él los huevos y la harina de maíz. Ponemos el resto de la leche en un cacito a calentar y cuando veamos que está caliente (pero no hirviendo) vertemos la mezcla de huevos y batimos bien con unas varillas hasta que comience a hervir. En ese momento apartamos del fuego y batimos enérgicamente para que no queden grumos.
Y volcamos en los cuencos como he explicado anteriormente.
Separamos un vaso de leche y mezclamos en él los huevos y la harina de maíz. Ponemos el resto de la leche en un cacito a calentar y cuando veamos que está caliente (pero no hirviendo) vertemos la mezcla de huevos y batimos bien con unas varillas hasta que comience a hervir. En ese momento apartamos del fuego y batimos enérgicamente para que no queden grumos.
Y volcamos en los cuencos como he explicado anteriormente.
Os dejo este video por si tenéis un ratito.
No me gusta, por lo general, escuchar recitar a los poetas sus propios versos, pero la voz de Juan Gelman es un valor añadido a su poesía, espero que lo disfrutéis tanto como yo.