Por fin llegó el día de la boda de mis cuñados Edu y Ana. Nos pusimos todos guapísimos, nos emocionamos, comimos, bebimos, bailamos, estuvimos rodeados de amigos y familiares muy queridos a los que, por las circunstancias del ritmo de vida en que vivimos, vemos menos de lo que quisiéramos... Pero sobre todo, vimos al flamante matrimonio felices. No felices a secas, FELICES, así con mayúsculas, y eso nos llenó de alegría a todos.
Además, por fin he podido subir al blog la tarta de chuches que preparé para la boda, que como era una sorpresa no he puesto hasta ahora. Lo de la sorpresa se quedó en sorpresilla, porque mis dos niñas se encargaron de contar a todo el mundo que habían preparado con su mamá una tarta gigante de chucherías, pero que no podían decírselo a nadie porque era un secreto y venían cada dos por tres a la mesa presidencial donde estábamos sentados con los novios a preguntar cuándo íbamos a sacar la tarta...!!! Bueno, nada de eso importó porque a los novios les encantó y a los invitados creo que también (al día siguiente sólo quedaron unas poquitas nubes con los ojos malos pegaditas al corcho). Incluso el fotógrafo oficial me hizo unas fotos con la tarta, pero como no me puedo esperar, cuando las tenga las subiré al blog para que las veáis. Ahora tendréis que conformaros con mis fotillos caseras.
INGREDIENTES:
- Láminas de corcho (yo utilicé una base de 50x50 cm, una de 35x35 cm., otra de 20x20 y la pequeñita como altar).
- Papel albal para cubrir el corcho.
- Papel pinocho para que quede más bonito y no sea necesario cubrir los huequecitos con gominolas pequeñas.
- Pinchos de colores, los venden en mercadona en la zona de platos y vasos de fiesta desechables (como son muy largos lo suyo es que los partas por la mitad y puedes utilizar la mitad de abajo para pinchar las chuches más gorditas)
- Los sabios consejos de Reme del blog "Al sur del Sur" que hizo una tarta para la boda de su hijo absolutamente espectacular e inimitable (mira que intenté copiarme, pero no hubo forma)
- Y por último, pero más importante, la ayuda inestimable de mi amiga Marta, que dejó a su pitufillo con su madre y se vino una tarde conmigo a clavar chuches como locas (sí, sí, alguna que otra nos comimos) y que me dio varios truquillos que me facilitaron muchísimo la labor.
- ... Ah, por favor... y multitud de golosinas, que se me olvidaban... Ahí ya no puedo decir nada, eso va al gusto del consumidor.
PREPARACIÓN:
Cortamos la plancha de corcho a la medida deseada, cubrimos con papel de aluminio y a su vez con papel pinocho para que tenga mejor presencia.
Colocamos las plantas una sobre otra y pinchamos para fijarlas. Luego vamos colocando las chuches según el diseño que hayamos previsto (esto es lo más complicado, una vez planificado el resto es coser y cantar)
Preparé con antelación las planchas y un par de días antes de la boda quedamos Marta y yo y en dos horas montamos toda la tarta. La envolví en plástico de cocina y aguantó estupendamente sin que se secaran las gominolas, y eso que hacía un calor tremebundo.
¿Veis que contentas estábamos? No hay nada como la satisfacción del deber cumplido. Además echamos una tarde de cotorreo fabulosa, ¿verdad Marta?.
Espero que os haya gustado, es mi primera tarta de este tipo y con toda seguridad tendrá muchos defectos, pero a mí me encantó, disfruté un montón haciéndola y cuanto más la veía más me gustaba. Ahora tengo el mono... ¿Nadie quiere casarse y así hago otra?
No es por nada pero ha quedado muy muy chula. Si es que somos unas campeonas, ¿verdad? Seguro que a todo el mundo le encantó.
ResponderEliminarLa verdad es que les encantó y no pararon de comer chuches toda la noche.
ResponderEliminarMuchas gracias por todo. Un besito
Te quedó preciosa, tan llena de colorido. Seguro que los niños se volvieron locos.
ResponderEliminarBss