Otro año que han pasado estas fiestas como un suspiro...
Fiel a mis costumbres, sigo funcionando con efectos retardados y subo las recetas una vez que ha pasado el momento.
Pero como soy de la opinión de que más vale tarde que nunca, que nunca es tarde si la dicha es buena, que a nadie le amarga un dulce y que a caballo regalado no le mires el diente... (bueno, este refrán se me ha colado, es que me he emocionado emulando a nuestro querido Sancho Panza...), pues eso, que pienso que no tenemos que limitarnos a hacer estos dulces sólo ahora, sino que deberíamos disfrutar de ellos durante todo el año...
Bueno, con moderación, que luego vienen los "aymadremía" cuando se acerca el verano y nos probamos los bikinis.
Con las galletas, la cosa es fácil. Basta con cambiar los cortadores y la temática para disfrutar de unas deliciosas galletas de mantequilla en cualquier momento.
Con los buñuelos, se me ocurre que podrían ser protagonista de una rica merienda en cualquier momento del invierno, mojados en un chocolatito caliente, si no tenemos ganas de rellenarlos o rociados con miel. A gusto del consumidor.
No voy a hacer una diatriba sobre Halloween o festividad de todos los Santos ya que entiendo que no son incompatibles.
Mis hijas se divierten un montón disfrazándose y pidiendo caramelos a los vecinos y yo con ellas, viéndolas disfrutar y colaborando en lo que puedo para que lo pasen mejor y mis seres queridos que ya no están aquí tienen a diario un sitio de honor en mi pensamiento.
Así que he decidido quedarme con lo mejor de cada cosa: la fiesta para los niños, la repostería, el asado de castañas y el día de descanso, of course (Ufff, el Tenorio lo perdono, siempre me ha resultado durillo de tragar)
GALLETAS DE MANTEQUILLA
Para la merienda de Halloween, que organizamos un grupo de mamás del
recinto en el que vivo, preparé unas galletitas de mantequilla cubiertas
con fondant, terroríficas a más no poder. No quedó ni una del miedo que
daban...
Después de años intentando conseguir algo
decente decorando galletas con glasa. he llegado al convencimiento de
que no es lo mío. Así, sin sufrimiento, sin frustaciones, asumiendo mis
limitaciones con una sonrisa y felicitando, con deportividad, a aquellas
maestras que lo han conseguido y dominan este arte... (¿cuela... o se
me está viendo el plumero y la cara amarilla de envidia?)
Pues
eso, que como tenía que preparar 100 galletas en un par de días y me
cunde mucho más el fondant, me puse manos a la obra con los cortadores y
la verdad es que quedaron bastante aparentes y de sabor bastante
aceptable.
La receta de las galletas es de mi amiga Marta, la especialista en decoración de galletas (y objeto de mi sana envidia y sincera admiración) y aunque he
probado otras, por eso de investigar, no he encontrado ninguna que me
guste más que la suya.
INGREDIENTES
- 200 gr. de mantequilla a
temperatura ambiente,
- 180 gr. de azúcar,
- 1 huevo,
- esencia de vainilla y
- 480 gr. de harina normal.
Mezclamos todos los ingredientes por
ese orden, primero con el tenedor y cuando la masa empiece a ponerse más
dura, con las manos. Envolvemos con papel film o en una bolsa de
congelación y metemos mínimo una hora en la nevera.
Cuando
queramos preparar las galletas, sacamos la masa de la nevera, vamos
cogiendo trozos de masa la ponemos entre dos papeles de hornear y estiramos con el rodillo hasta
alcanzar un grosor de medio centímetro. Cortamos la masa con los
cortadores que queramos utilizar y vamos poniendo en la bandeja del
horno sobre papel de hornear.
Cuando estén todas las galletas,
hornearemos durante 10 minutos aproximadamente a 180ª o hasta que veamos
que se están tostando los bordes.
Cortamos el fondant con los
mismos cortadores de las galletas y pegamos encima de ésta. Yo para
pegarlo suelo preparar un poco de glasa, una mezcla de clara de huevo y
azúcar glass aunque a veces he humedecido la galleta con un poco de agua antes de cubrirla con el fondant y éste se ha mantenido bastante bien.
También puedes pincelarlas con huevo batido y espolvorearlas con azúcar antes de hornear. Quedarán doraditas y crujientes y no necesitarán nada más.
Están riquísimas y a los niños les encanta comérselas y prepararlas...
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... A los niños y a los papás... Ya veis lo concentrado que estaba Manolo. |
BUÑUELOS DE VIENTO
Otra de mis asignaturas pendientes...
Todos los
años preparo una receta diferente. No termino de dar con la tecla. Los
buñuelos del año pasado me supieron demasiado a huevo y tenía que seguir
investigando.
La misma mañana de la festividad de Todos los Santos, consultando el foro de MundoRecetas, lei una entrada de
buñuelos que había subido otra forera, Chiqui2, que tenían muy buena
pinta y esa tarde me puse manos a la obra. Si queréis ver su
receta podéis pinchar aquí.
Han quedado estupendos, creo que será mi receta definitiva. Tengo que controlar un poco la temperatura del aceite al freir, porque se doraban demasiado rápido y por dentro se me han quedado un poco apelmazados, pero vaya, por sacarles algún defecto porque estaban muy ricos.
El día después de hacerlos, comentando en el foro cómo los había hecho, otra amiga, Gijonesa, me comentó que antes de freirlos debería haber guardado la masa en la nevera un ratito antes. Y salen mucho mejor.
Los he rellenado de crema pastelera y crema de chocolate y han llegado a la mesa casi la mitad ya que Manolo y las niñas los iban cogiendo antes de ponerlos en la bandeja.
INGREDIENTES
- 180 gr. de agua
- 40 gr. de mantequilla
- 1 pizca de sal
- 1 cucharadita de azúcar
- 1 sobre de levadura Royal (15 gr.)
- 250 gr. de harina
- 4 huevos
- Azúcar glass
- Aceite para freir
PREPARACIÓN
Calentamos el agua junto con la mantequilla, la sal y el azúcar. Cuando hierva, apartamos del fuego y vertemos de golpe toda la harina. Mezclamos bien y dejamos templar. Vamos añadiendo los huevos uno a uno, hasta que queden bien integrados. En este punto es donde debería haber metido la masa en la nevera al menos una hora
Calentamos bastante aceite en una sartén y con una cucharilla cogemos un poquito de la masa que echaremos al aceite con ayuda de otra cucharita, para así darle una forma más o menos redondeada. Vamos friendo por tandas y cuando estén doraditos, los sacamos a una bandeja cubierta con papel de cocina para retirar el exceso de aceite.
Cuando estén todos fritos, con una tijerita les cortamos los rabitos que le hayan quedado, y así darle una forma más bonita, que no se vean picos de masa. Le pegamos un tijeretazo al buñuelo para hacerle un hueco por donde meter la crema pastelera o la nata, o con lo que queramos rellenarlos.
Una vez todos rellenos, espolvoreamos con azúcar glass... y a ver si te da tiempo a guardarlos, porque son adictivos...
CREMA PASTELERA
Y si queremos rellenar estos buñuelos, nada mejor que una rica crema pastelera, a la que podemos añadir unas cucharaditas de cacao en polvo. Es una forma de convertirla en crema de chocolate y así se los comen mejor los niños.
INGREDIENTES
Medio litro de leche
6 yemas de huevo
30 gr. de Maizena
1/2 vaina de vainilla
100 gr. de azúcar.
PREPARACIÓN
Calentamos la leche con la vaina de la vainilla, a la que previamente habremos quitado las semillas con la hoja de un cuchillo. Hervimos y reservamos
Mientras batimos con unas varillas las yemas de huevo junto con el azúcar y la Maizena, hasta que esté bien desleído. Vamos añadiendo poco a poco la leche mientras seguimos batiendo. Ponemos todo a fuego lento hasta que espese.
Si cuando termines ves que han quedado grumos, no te preocupes. Mete la batidora y en un plis plas tendrás una fabulosa crema pastelera sin un tropezón.
La que sobró, se la comieron las niñas al día siguiente como si fueran unas natillas.
¡¡¡Uhmmmmm!!!!!