El día 31 de enero ha hecho un año que se incorporaron a la sede de mi trabajo cuatro nuevos compañeros. Fue un momento "pelín" complicado: se trataba de unir dos departamentos que hasta ese momento no habían tenido nada que ver, con el correspondiente traspaso de poderes a un nuevo jefe y la incertidumbre de no saber muy bien qué iba a pasar con cada uno de nosotros. Ellos tuvieron que conocer todas las peculiaridades de nuestro trabajo (qué no son pocas) y nosotros las suyas. Y lo más complicado de todo, tuvimos que conocernos y aprender a trabajar juntos.
Pasó un día, pasó otro, y al final de la semana nos fuimos a tomar una cervecita juntos a la salida del trabajo. La conversación fue relajándose. Pasó una semana, un mes, las vacaciones de verano y de repente... las navidades con su correspondiente botellita de anís y dulcecitos típicos. Ahí ya pasamos de sopetón a la fase de exaltación de la amistad... en la que nos hemos quedado la mar de a gusto.
Por eso, cuando la semana pasada mi compañera María José me dijo que querían celebrar que el martes hacía 1 año que estábamos juntos y me preguntó que si no me importaba hacer una tarta para la ocasión, me sentí muy bien, muy orgullosa y muy emocionada. No sólo me gusta cocinar, me gusta hacerlo para los demás (y de paso que me doren un poco la píldora, jejeje, modestilla que es una...) Pero también era una responsabilidad muy grande. Así que me esmeré y aquí tenéis el resultado. Una tarta hecha con todo el cariño para celebrar que trabajo rodeada de gente maravillosa.
Una de mis tartas preferidas es la tarta San Marcos. Siempre he pensado que se trataba de una tarta rellena de nata, trufa y cubierta de yema tostada. Cuál ha sido mi sorpresa cuando investigando he encontrado diversas formas de elaborar esta tarta: unas veces con nata y trufa, otras sólo con nata, otras con crema pastelera y nata, eso sí, siempre cubierta por yema tostada. También he averiguado que existe la tarta massini, y ahí la hemos liado. Parece ser que la Massini es la que lleva nata y trufa (¿o esa es la San Marcos?). El caso es que si sigo investigando no cuelgo esta receta ni a la de tres así que os paso la receta de esta tarta y prometo seguir con las averiguaciones y aclararlo en breve.
Sí que me gustaría contaros lo que en una de las páginas consultadas he podido leer, que me ha dejado francamente impresionada y es que se comenta que "La Tarta de San Marcos sigue un proceso artesano de elaboración que le confiere unas deliciosas características organolépticas". Y me he quedado muda de la impresión... Eso tiene que ser la bomba...y yo sin saberlo... No podía dejar de compartirlo con todos vosotros.
Bueno, organoléptica o no, ésta es la receta de mi tarta: (Ayyy, que me ha gustado esa palabra, a partir de ahora la utilizaré siempre)
INGREDIENTES
Para el bizcocho: (Vamos a hacer dos uno normal y otro de chocolate)
Bizcocho normal:
- 4 huevos
- 120 gr. de harina bizcochona
- 120 gr. de azúcar glass
- 1 cucharadita de azúcar vainillada
- 1 cucharada de levadura
Bizcocho de chocolate
- 4 huevos
- 100 gr. de harina bizcochona
- 40 gr. de cacao en polvo sin azúcar
- 100 gr. de azúcar glass
- 1 cucharada de levadura
Para el almíbar
Para la nata montada (la vamos a dividir en dos, una parte para el relleno y otra para la decoración):
- 1 litro de nata para montar, muy fría (la puedes meter un poquito en el congelador antes de montarla)
- 120 gr. de azúcar glass
- 2 sobres de estabilizante para nata
- 30 gr. de leche en polvo
Para la trufa
- 1 litro de nata para montar, muy fría (la puedes meter un poquito en el congelador antes de montarla)
- 100 gr. de azúcar glass
- 2 sobres de estabilizante para nata
- 35 gr. de cacao en polvo sin azúcar.
Para la crema de yemas
- 6 huevos
- 250 gr. de azúcar
- 125 gr. de agua
- 15 gr. de maicena
- 1/2 sobre de gelatina
PREPARACIÓN EN THERMOMIX
Bizcocho normal
Ponemos la mariposa en las cuchillas y vertemos en el vaso el azúcar, los huevos y la sal. Programamos 6 minutos, temperatura 37º, velocidad 3 1/2. Quitamos la temperatura y programamos 6 minutos más a la misma velocidad. Añadimos la harina y la cucharada de levadura y programamos 10 segundos velocidad 2 1/2. Untamos un molde con mantequilla y espolvoreamos con pan rallado. Precalentamos el horno a 180º y horneamos unos 25 minutos.
Bizcocho de chocolate
Lo haremos igual que el anterior pero añadiendo el cacao mezclado con la harina
Preparamos el almíbar
Echamos, en el vaso, el azúcar, el agua, la vainilla y programamos 7 minutos, temperatura 100º y velocidad 2. Si echamos licor lo haremos una vez terminado el tiempo y removemos con la espátula. Reservamos en un bol y dejamos enfriar.
Preparamos la nata montada: hacemos el azúcar glas, echando el azúcar en el vaso y pulverizándolo durante 20 segundos, a velocidad progresiva 5-7-10. Reservamos en un bol. Ponemos la mariposa en las cuchillas, echamos la nata , que tendremos muy fría y la montamos a velocidad 3,5 sin tiempo y mirando por el bocal para que no se pase. Incorporamos el azúcar glas y el estabilizante y la leche en polvo y mezclamos. Reservamos en el frigorífico.
Preparamos la trufa: hacemos igual que con la nata, añadiendo el cacao junto con el estabilizante. Reservamos en el frigorífico.
Preparamos la crema de yemas: echamos el agua y el azúcar en el vaso y programamos 18 minutos, temperatura varoma y velocidad 2, sin poner el cubilete. Enfriamos en el vaso y reservamos.
En un bol, echamos los huevos, la gelatina y la cucharada de agua. Los batimos bien y añadimos al bol el almíbar reservado, sin dejar de remover hasta que esté todo totalmente incorporado. Ponemos la mariposa en las cuchillas y volcamos la preparación del bol. Programamos 12 minutos, temperatura 90º y velocidad 1. Dejamos enfriar y reservamos.
* MONTAJE DE LA TARTA:
Partimos los bizcochos en dos partes. Iremos alternando capa de bizcocho blanco y capa de bizcocho de chocolate.
Calamos con almíbar la base y echamos una buena capa de trufa, extendiéndola bien con una espátula e intentando que quede lo más uniforme posible.
Colocamos la segunda capa de bizcocho, calamos con almíbar y encima extendemos una capa de nata montada y que también extenderemos lo más uniforme posible.
Colocamos la tercera capa de bizcocho, calamos y extendemos otra capa de trufa.
Colocamos la última capa de bizcocho, la bañamos con el almíbar y, encima, extendemos una capa de crema de yemas.
Echamos azúcar encima de la crema de yemas y quemamos con un soplete o pala caliente (Si no tenéis el soplete, queda también buenísima, aunque ya no será yema tostada)
Y ahora viene la parte que más nerviosilla me pone. Hasta ahora todo se ha resuelto bien, paletadita de nata por un lado, paletadita de trufa por otro, pero esto hay que dejarlo bonito, y conocido es por todos vosotros que las manualidades no son mi fuerte. Así que me armo de valor, respiro hondo y llamo a mi suegra o a mi madre para que me la decoren… Jajaja, ya me hubiera gustado contar con ellas para esto, pero eran las doce de la noche y no era plan sacarlas de la cama.
Con una paleta fui extendiendo una capa de nata alrededor de la tarta para cubrir las imperfecciones y dejarla lo más lisita posible. Es conveniente rellenar los huequecitos que quedan entre las capas de bizcocho. Recorté los restos de yema tostada que habían resbalado y ya se habían endurecido y metí en la nevera para que esa capa de nata exterior se asentase.
Mientras preparé el chocolate para la decoración. Partimos el transfer por la mitad y disolvemos los dos chocolates (por separado ¿eh?, vayamos a liarla al final).
Lo suyo es disolver el chocolate al baño maría, pero yo normalmente lo hago en el microondas, con mucho cuidado porque el chocolate se quema muy fácilmente.
Colocamos el transfer en una superficie bien lisa con la parte del dibujo hacia arriba y vertemos el chocolate sobre la lámina, extendiendo bien con una espátula. Dejamos enfriar en el frigorífico.
Sacamos la tarta para finalizar la decoración. Vamos extendiendo la nata por los laterales de la tarta con una espátula, intentando que quede lo más lisito posible. Para cubrir las uniones de la capa de crema con los laterales podemos poner fresas o con una manga pastelera hacer rosetones de nata. Decoramos con trozos de chocolate que habremos partido con formas irregulares.
Metemos al frigorífico hasta el momento de servirla.
Aaaayyyyy, ya he terminado, podéis descansar...
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¿Qué os parece esta imagen de tarta a lo Andy Warhol? |