Ya empezaba a tener ganas de hacer de nuevo pan y como en verano cuesta bastante encender el horno, me decidí por éste de tipo pan de molde porque se pueden hacer varias piezas, cortar en rebanadas y congelar. Luego, sólo debes poner unos minutitos en la tostadora para comerte un pan delicioso y super crujiente.
La harina de centeno le da un sabor y una textura muy particular al pan, a mí me encanta, pero es conveniente mezclar con harina de trigo si quieres que te salga más esponjoso porque la harina de centeno tiene poco gluten y hace un pan muy apelmazado. Aunque si te gusta el pan típico escandinavo, ese tan oscuro y denso, puedes hacer esta misma receta utilizando 100% de harina de centeno.
INGREDIENTES
- 350 ml de agua
- 300 gr. de harina integral de centeno
- 300 gr. de harina de trigo
- 2 cucharaditas de sal
- 15 gr. de levadura prensada
- 200 gr. de masa madre
- Aceite para untar en el molde
- El primer día ponemos en un tarro 50 gr. de harina integral (muy importante que sea integral, si no, no fermenta) y 50 gr. de agua templada. Lo dejamos reposar 24 horas a temperatura ambiente y cubierto con un trapo.
- El segundo día duplicamos cantidades y añadimos 20 gr. de azúcar. Cubrimos con un trapo.
- El tercer día echamos 200 gr. de harina y 200 de agua templada y dejamos reposar otras 24 horas. Ya se puede usar.
PREPARACIÓN
Calentamos el agua y disolvemos la levadura en ella. Añadimos la harina y la sal y mezclamos. Espolvoreamos la mesa con harina y amasamos unos diez minutos ( Para esto, la thermomix es maravillosa), añadimos la masa madre y amasamos otros cinco minutos. Si vemos que cuesta trabajo manejar la masa podemos añadir un poco de harina hasta que nos resulte más fácil, pero sin abusar.
Embadurnamos un bol con aceite y ponemos la masa. Cubrimos con un paño húmedo y dejamos reposar durante una hora o hasta que doble el volumen. Sacamos la masa del bol, volvemos a amasar para desgasificar (no olvidemos espolvorear con harina la mesa de trabajo), untamos el molde con aceite y volcamos la masa en él. Dejamos reposar de nuevo otra hora cubierto con un paño húmedo.
Precalentamos el horno a 220º. En la parte de abajo del horno habremos introducido una olla con paños húmedos que creará el vapor de agua necesario para que salga una corteza crujiente y un pan más esponjoso. Cuando alcance la temperatura la bajamos a 200º, añadimos agua a los paños, ponemos el pan en la bandeja y horneamos durante unos 30 minutos.
Rico, rico, en mi casa se han aficionado a él y se lo comen hasta solo, aunque acompañado no está nada mal, ¿qué me decís?